Horas, minutos, sandías...
Definitivamente si hay algo que ha cambiado radicalmente desde el día en que empecé a escribir el blog, es mi falta de tiempo. Antes tenía de sobra, mis días eran eternos y la guía del cable era mi mejor aliada. Después nació la Mariana y mis últimos días de vacaciones los pasé en el resort Indisa disfrutando de mi hermosa bebita y descansando de lo lindo, mientras en el resto del país algunos bebés morían por causa del virus sincicial respiratorio y el 80% del resto dela población era atacada por algún bicho invernal-infernal.
Esa suerte de epidemia me dio la oportunidad de pasar días de paz envidiables: ahí estábamos, ella y yo, ambas turistas del mundo que nos encontrábamos en el mismo andén y nos reconocíamos de a poco. Ahí me quedó claro el concepto de apego temprano, y ahora puedo asegurar que definitivamente los primeros días del bebé son demasiado importantes.
Con eso del frío pasamos el invierno juntitas y apretujadas en nuestra cama. No todo estuvo libre de complicaciones, lamentablemente la bebé tenía un problema en su ombliguito, le apareció un granuloma umbilical que no sanaba nunca y luego le aparecieron los famosos cólicos del lactante, otra situación monstruosa que nos tuvo insomnes muchas noches, e incluso acabamos en el Hospital del Profesor a las 4 de la mañana, donde le ponían una sonda que la ayudaba a expulsar los gases que la tenían inflada cual globito lloroso.
Y después, cuando la bebé cumplía los 2 meses, entré a trabajar. Seguí también con las ayudantías en la universidad y corría para todos lados, a la casa, la pechuga, el peinado de la Fran, la tarea, las clases, el Alfre, y toda la locura . Al principio no lo pasé muy bien porque extrañaba mucho estar en casa dirigiendo mi orquesta, y me aterraba la idea de que pasara con la Mariana lo mismo que con la Fran, o sea que al final terminaran criándola mis papás y yo no tuviera ningún pito que tocar en su historia y fuera una rebelde sin causa como hasta hace un par de años era su hermosa hermanita mayor.
Por suerte, ahora estoy tranquila porque las cosas funcionan (mas o menos) como yo quiero, la bebé estira sus bracitos y se pone super feliz cuando me ve, siento que me ama tanto como yo a ella, y yo me siento llena de un amor infinito por mis hermosas niñitas y por mi familia, me siento feliz cuando hablo de ellos, cuando estamos juntos disfrutando cualquier cosa,y ya quisiera tener más tiempo para abrazarlos y besuquearlos tanto como para apestarlos de amor.
En fin, diré que desde que empecé a escribir este post han pasado unas 3 horas, he acostado a mis hijitas, discutido con mi madre, pelado el cable con mi marido y buscado la caja de una película que de todos modos no alcancé a devolver hoy (tampoco encontré la caja). Definitivamente necesito mas tiempo, quiero que sea verano y salgamos de vacaciones, que comamos humitas y sandía de postre, aunque también quiero que sea invierno y pasemos el fin desemana acostados mirando tele, comiendo cabritas y llenándonos de amor pegajoso.
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